Imagina estar a bordo del Titanic en esa fatídica noche, sintiendo el pánico y la desesperación crecer mientras el barco se hunde en las frías aguas del Atlántico. La ansiedad te envuelve, haciéndote sentir atrapado y sin esperanza, como si nada ni nadie pudiera rescatarte a tiempo y con la impotencia de no poder hacer nada al respecto.
Solo de pensarlo, se me pone la piel de gallina.
Aunque no estés viviendo la misma situación, ¿puede que te sientas identificado con esa sensación?
A veces la vida nos pone uno o muchos icebergs en frente y podemos llegar a sentir que nos hundimos, con la impotencia de que cualquier cosa que hagamos no funciona, mientras pensamos que perdemos absolutamente todo el control sobre la situación.
Pero a diferencia de los pasajeros del Titanic, tú, sí que tienes la oportunidad de hacer algo para cambiar el rumbo, encontrar la forma de superar esa ansiedad que te atormenta y conseguir llegar a buen puerto.
Por mi parte, estaré encantado de acompañarte en esta travesía.
¿Puede que te sientas identificado/a con esto?
La ansiedad se puede parecer a un temor e inquietud constante, que por más que lo intentes explicar, más desesperanzada/o te sientes al percibir que nadie te comprende del todo.
Quien lo sufre suele explicar que siente algo parecido a esto:
- No puedo parar de preocuparme y de encontrar motivos para seguir haciéndolo
- Me da miedo el futuro
- Me paso el día agobiada/o
- No siento que haya una solución
- No llevo bien la incertidumbre
- Me cuesta mucho no tener el control total sobre algunas cosas
- Mis pensamientos no me dejan dormir
- Mi cuerpo me da señales: presión en el pecho, me palpita muy fuerte el corazón, tengo un nudo en la garganta,
sudo muchísimo, me entran calores, mareos, dolor de cabeza…
Si te has sentido identificado/a con alguna de estas frases, déjame decirte que es algo super normal en fases de ansiedad, pero se puede superar.
En terapia vamos a tratar de comprender de donde viene todo esto y trazar el plan necesario para cambiarlo.
¡Buenas! Me llamo Álvaro y tengo la suerte de dedicarme a la psicología clínica.
Cada psicólogo tiene unas habilidades personales que traslada a la consulta y estas le caracterizan como profesional, yo diría que las mías son:
1. Generar un clima de confianza. Transmitiendo serenidad y calma, haciendo que la persona se sienta escuchada y empatizando con su historia.
2. Integración de mis conocimientos. Siempre intento adaptar los enfoques terapéuticos que he estudiado a la realidad de la persona, sus condiciones, sus valores y su personalidad.
3. Comunicación clara y transparente. Aunque siempre soy cuidadoso y respetuoso comunicando, no dejo de ser asertivo y trasmitir las cosas tal y como creo que le pueden venir mejor al consultante.
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