La misma misma imagen, el mismo olor, sonido o tacto, puede evocar sensaciones muy distintas dependiendo de quien lo experimente.

Parece una playa tranquila ¿verdad?

Dale al play

Así o algo parecido podría ser la banda sonora de la vida de una persona que sufre Trastorno de estrés postraumático.

Donde unos ven una playa idílica y un momento para estar tranquilos, o simplemente una situación normal de la vida cotidiana, otros perciben un peligro inminente constante.

Quien percibe ese peligro y reacciona a él, no está loco, ni esta exagerando, ni es un alarmista, ni debería “pasar página” lo antes posible.

Es una persona que, por circunstancias ajenas, sufrió uno o varios eventos muy dolorosos y complicados en su vida, que le han llevado a tener una alarma encendida casi constantemente para poder protegerse, y que solo quiere recuperar el control y sentirse seguro/a.

Si sientes que en tu cabeza resuena muy alto esa “música de tiburón” que te tiene alerta, has de saber que hay maneras de volver a encontrar el mando y conseguir bajar el volumen hasta un nivel en el que sientas que la música se ha quedado en el fondo, en un segundo plano y puedes volver a apreciar y disfrutar de la multitud de matices que tiene la vida.

¡Buenas! Me llamo Álvaro y tengo la suerte de dedicarme a la psicología clínica.

Cada psicólogo tiene unas habilidades personales que traslada a la consulta y estas le caracterizan como profesional, yo diría que las mías son:

1.      Generar un clima de confianza. Transmitiendo serenidad y calma, haciendo que la persona se sienta escuchada y empatizando con su historia.

 

2.      Integración de mis conocimientos. Siempre intento adaptar los enfoques terapéuticos que he estudiado a la realidad de la persona, sus condiciones, sus valores y su personalidad.

 

3.      Comunicación clara y transparente. Aunque siempre soy cuidadoso y respetuoso comunicando, no dejo de ser asertivo y trasmitir las cosas tal y como creo que le pueden venir mejor al consultante.

Abien Psicología